El débil sistema de salud en México le roba vida a la infancia de los mexicanos

De acuerdo con algunos especialistas,el Sistema Nacional de Salud (SNS) muestra problemas “organizativos, de cobertura y de recursos”, por lo que demanda una “reforma profunda y urgente”.

El documento “Estado y Perspectivas del Sistema Nacional de Salud”, realizado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) con apoyo de expertos en materia, refleja que el SNS cuenta con “serias fallas de diseño, cobertura y asignación de recursos, por lo que mantener el sistema actual cuesta años de vida y pérdida de salud, sobre todo para la infancia”.

Entre las principales problemáticas que los especialistas detectaron dentro del SNS destacan:

Cobertura: la seguridad social está diseñada para atender a quienes cuentan con un trabajo formal que se traduce en el 60 por ciento de las personas ocupadas, lo cual deja a un 13.4 por ciento sin afiliación a alguna institución.

•Complejidad: existe un número de agentes participantes y sus atribuciones no siempre se encuentran definidas con claridad.

•Fragmentación: los proveedores de servicios y las personas que atienden conforman islas con sus propias funciones de financiamiento, administración y prestación de servicios.

•Baja coordinación: la duplicidad de funciones es frecuente y no predominan acciones conjuntas.

•Distribución y composición del gasto público en salud: Es muy bajo y se ha estancado en cerca del 3 por ciento del PIB (537.5 mil millones de pesos) , lo que representa menos del 6 por ciento recomendado para que sea posible un funcionamiento eficiente, de acuerdo con la experiencia internacional.

El documento presentado en la Ciudad de México señala que el Seguro Popular absorbe cerca del 40 por ciento de los recursos públicos, mientras el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el 46.8 por ciento.

 

¿QUÉ HACER?

El investigador plantea la urgencia de crear un sistema de seguridad social universal que incluya un padrón sólido de derechohabientes, además de un gasto progresivo. En el largo plazo, manifiesta, el trazo de una reforma fiscal profunda resulta idóneo.

El CEEY ofrece algunas recomendaciones:

•Se requiere acelerar la reestructuración del Sistema y fortalecer así el Acuerdo Nacional hacia la Universalización de los Servicios de Salud, para extender y proporcionar portabilidad a la atención médica en el país. El Sistema Universal debe eliminar la duplicidad de afiliaciones mediante una base de datos confiable y actualizable en tiempo real.

• Para avanzar a la universalización de los servicios de salud y que se den los incentivos apropiados, se debe reducir las cuotas obrero-patronales a largo plazo para dar paso a la compensación por ajustes en otros impuestos (como IVA, ISR e impuestos especiales).

• Los trabajadores no asalariados pueden contribuir al sistema a través de impuestos en función del ingreso reportado. El financiamiento debe ser por persona y no por grupo familiar, para lo que se requiere modificar la regulación del IMSS e ISSSTE.

• Se debe crear un Fondo Nacional de Intervenciones de Alto Costo y el financiamiento de los servicios IMSS-Prospera deberá hacerse a través del Seguro Popular. Asimismo, se deberá mantener un marco general de cero reducciones al presupuesto en salud.

• A largo plazo, destacó, será necesario plantear una reforma fiscal profunda.